lunes, 30 de septiembre de 2013

Carta al ladrón de la baraja

   Mil temas de los que hablar con mi musa y sigue sin aparecer. ¿Acaso te la llevaste junto con mis pesadillas? Es cierto, hace mucho tiempo que no tengo un mal sueño pero también hace tiempo que no me siento a escribirte. Pensé que la soledad iba a ser más agradable, que tendría tiempo para todo, pero no. El tiempo sigue escapándose por entre mis dedos sin que pueda hacer nada para evitarlo.
    Hay algo que me ronda la mente, quizá una preocupación injustificada, no lo sé. Lo que sí sé es que, a veces, me miro al espejo y no me reconozco. No he cambiado mucho en estos últimos años, lo normal, pero no noto el cambio en lo físico. Es algo que va más allá, algo en la mirada. Algo que me hace tener hasta un poco de miedo. Miedo a mirar fijamente al espejo y ver cómo la expresión del reflejo cambia sin que cambie la mía. 
   Suena como una paranoia... pero no sé describirlo mejor. ¿Recuerdas cuando dije que era de las que lloran en silencio? Sí, es cierto, pero tampoco del todo. ¿Me habré cansado de estar a la sombra o simplemente es un bache? Realmente espero que sea lo segundo. 
   Tómate unas vacaciones y devuélveme a mi musa, no puedo seguir así, sin palabras, sin escribir, sin cerrar los ojos y dejar que fluya.


Siempre... tuya. 

domingo, 22 de septiembre de 2013

Reincidentes

   Despertar a medianoche después de una amarga pesadilla y encontrarse en soledad. Nada, nadie. ¿Qué haces? Hice lo que nadie hubiera hecho, vestirme e ir en tu busca. Llorando cubrí la distancia que nos separaba, reincidiendo por el camino en un solo pensamiento, un solo sentimiento. Llegué a tu casa pero no llamé. Cobardía, quizá, vergüenza. Me senté a mirar tu ventana, imaginando el leve movimiento de tu pecho al respirar tranquilo, dormido. Ese vaivén en el que me acurrucaba hasta quedarme dormida. Tuve que irme corriendo, temiendo que mis sollozos te despertaran. Volví a casa, a mi habitación, mi santuario, y ahí volví a caer en un profundo sueño aderezado por las lágrimas. 
   Mañana será otro día...