Escribes como alguien a quien nunca han herido.
¿Cuánto ha pasado desde la última carta? No lo recuerdo... Tampoco quiero. Diré que salí a por tabaco, que me quedé sin tinta y que no soy tan romántica como para escribir con mi sangre. Contaré alguna mentira creíble, como siempre. Diré que me enamoré, que fui feliz y que todo salió irremediablemente mal. Contaré una historia fantástica, sin final. Que la gente invente y se entretenga. Esa historia llegará a ti. Te estaré esperando con una copa de vermú en la mano y el corazón en la otra.
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