jueves, 22 de mayo de 2014

Ódiame

           
     Camino en círculos por la habitación a oscuras. Las gotas de lluvia golpean los cristales sin cesar. Me paso las manos por el pelo, me exaspero, me clavo las uñas hasta que... oh. Me siento al escritorio y sigo escribiendo en rojo. Joder. Golpe a la mesa con el puño cerrado y tacho las últimas líneas. Ya te vale... Déjame. Me levanto y lanzo el bolígrafo contra la ventana. Me acerco al espejo de pie, aprieto la frente contra el cristal helado. Llegas tarde. No demasiado. Me aparto un poco y unos ojos negros me devuelven la mirada desde el espejo. Te odio. Me siento en el centro de la cama. Por eso sigo aquí ¿no? Siento un frío repentino subiendo por el brazo. Una caricia. Sigue por el hombro, la clavícula, el esternón... Se posa sobre mis pechos como un beso de invierno. Me dejo caer hacia atrás y el frío sigue bajando por mi vientre... Suspiro, me muerdo el labio inferior, arqueo la espalda y...

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