lunes, 20 de enero de 2014

Rojo

     El folio en blanco pide a gritos que lo apuñale. Los muñecos de mi cuarto miran, expectantes. Deslizo el bolígrafo. La punta rasga el papel y va dejando un surco en rojo. 
     Rojo como las paredes del cuarto, como el edredón, como el móvil que vibra(lo ignora), como mis uñas, como el mechero, como el colgante que tengo en el cabecero de la cama("Poison"), como los títulos de los libros en la estantería, como mis calcetines(una Dorothy de estar por casa), como la sangre que tengo en el labio. ¿Sangre? Joder, me he mordido y duele. 
     El silencio también es rojo, al menos para mí. También son rojas las marcas qu(Shhh, para. Aquí no). Voy a hacer caso al paréntesis. Rojas también están mis mejillas cuando me dices esas cosas tan...(Ay, mira. Qué romántica se pone).
     Cállate, joder. Maldita vocecita interior y sus paréntesis. Pues que escriba ella, que yo me voy a dormir. 



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