lunes, 11 de enero de 2016

La tiranía de las rosas




¿Qué diría de ésto la Luna?
Que del amor no entendemos
Que de la soledad aun menos.
Pero no niega la belleza
observa, atenta
cómo los enamorados suicidas
se acogen desvelados a ella.
¿Qué dirían las estrellas?
Que el amor no es para tanto
Que mejor breve y poco llanto.
Sin negar que merece la pena
porque para ellas encontrar una en todo el manto
con la que la eternidad sea llevadera
se les hace ardua tarea.
Prefieren compañía de botella.
Y de los mortales, ¿qué decir?
Si pintan de tragedia la vida
Si se limitan a rosas de un día
Y se esconden por miedo a sentir.
Arrancan del amor, la locura
De las flores, sus espinas.
Sin advertir que vivir sin sangrar
no es vivir
es, sin más, agonizar.



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